Salud Ocular y Cirugía: lo esencial para cuidar tus ojos

Si alguna vez has sentido picor, visión borrosa o te han recomendado una operación ocular, sabes que la información clara es clave. En esta sección encontrarás datos útiles sobre los tratamientos más actuales, los antibióticos que se usan en quirófano y cómo manejar la inflamación después de la cirugía.

Antibióticos en cirugía ocular

Uno de los temas que más preguntas genera es el uso del besifloxacino. Este antibiótico pertenece a la familia de las fluoroquinolonas y se aplica directamente sobre la superficie del ojo. En 2025 se publicaron protocolos que indican cuándo es apropiado usarlo en oncología oftálmica, qué dosis aplicar y cuáles son los riesgos principales.

En la práctica, el besifloxacino sirve para prevenir infecciones después de procedimientos invasivos como la resección de tumores o la implantación de lentes intraoculares. La evidencia muestra que, si se sigue el esquema recomendado –generalmente una gota cada hora durante los primeros dos días y luego disminuyendo gradualmente–, la tasa de complicaciones infecciosas baja significativamente.

Sin embargo, no todos los pacientes son candidatos. Personas con alergia a las fluoroquinolonas o con historia de problemas corneales deben buscar alternativas como la tobramicina o la clindamicina oftálmica. Siempre es mejor que el médico revise el historial antes de decidir.

Control de la inflamación postoperatoria

Otro punto crítico después de cualquier cirugía ocular es la inflamación. La retina y la córnea pueden inflamarse, provocando edema, visión borrosa o incluso daño permanente si no se trata a tiempo. En el artículo "Los Efectos de la Inflamación Postoperatoria en la Córnea y la Retina" se explicó que una respuesta inflamatoria prolongada afecta tanto la recuperación como la calidad de vida del paciente.

El manejo típico incluye corticoides tópicos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y, en casos más graves, inyecciones perioculares. Es fundamental iniciar el tratamiento justo después de la intervención para evitar que la inflamación se vuelva crónica.

Además, algunos estudios recientes indican que combinar antibióticos como el besifloxacino con corticoides de bajo perfil puede reducir tanto la infección como la inflamación sin aumentar los efectos secundarios. No obstante, la combinación debe ser supervisada por un especialista para evitar complicaciones como aumento de la presión intraocular.

En casa, puedes ayudar a tu recuperación manteniendo una buena higiene ocular: lávate las manos antes de aplicar gotas, evita frotar el ojo y sigue al pie de la letra el calendario de medicación que te haya dado el cirujano.

Si notas enrojecimiento persistente, visión doble o dolor intenso, contacta a tu oftalmólogo de inmediato. Estos síntomas pueden indicar una reacción adversa o una infección incipiente que necesita tratamiento rápido.

En resumen, la salud ocular y la cirugía requieren información precisa y un seguimiento riguroso. Conocer cuándo usar antibióticos como el besifloxacino y cómo controlar la inflamación postoperatoria te permite recuperar la visión de forma segura y cómoda.